QUIENES SOMOS
IRENE ALTAMIRANO
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Artista multidisciplinaria, nació en 1985 en la ciudad de Buenos Aires, Argentina, desde niña mostro interés y gusto por las artes plásticas y escénicas, en su formación infantil/juvenil estudio en el IVA (Instituto Vocacional de Artes) y en su formación académica curso del 2004 al 2008 la licenciatura en Artes Combinadas en la facultad de filosofía y letras de la UBA (Universidad de Buenos Aires). Paralelamente al estudio académico realizo diferentes disciplinas circenses y danza contemporánea.
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Al final de 2008 se lanza a la aventura y viaja por Sudamérica, recorre Chile, Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela participando en movimientos relacionados al circo y a las artes, impartiendo talleres infantiles y colaborando en proyectos culturales en todos estos países.
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En 2012 recorre México por primera vez... Regresa a Argentina y viaja a Brasil para realiza una formación profesional en la " Escola Nacional de Circo" en Rio de Janeiro.
Al final de 2013 regresa a México...
Su gente, sus colores, sabores, música y riqueza cultural la invitan a profundizar en la búsqueda de las raíces y la mística, hasta ahora nuevos para ella. Así conoce a su compañero de vida Rafael Baca en la ciudad de San Cristóbal de las Casas, Chiapas y en 2016 juntos crean IK-KAN.
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Junto a él, aprende la técnica de la cartonería, el moldeado, la pintura y la historia de México. Imaginando, jugando, observando, escuchando comenzó a moldear y dar vida a estos seres místicos que son los alebrijes, las mascaras y las calaveras.
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Para Irene México es arte por donde mires, te abrazan los colores, las costumbres ancestrales, su naturaleza imponente, su cultura, la profundidad de sus raíces que se manifiestan por doquier y el arte popular es un reflejo de todo eso, esta manifestación artística de los pueblos forma parte de las tradiciones que queremos preservar y difundir y porque no? reinventar y resinificar con el respeto que se merece... Es un orgullo para mi poder ser parte de todo esto, sentirme adoptada por esta tierra que me apapacho y deslumbro con la fuerza de su cultura y que yo honro y abrazo con mis manos en cada creación, aprendiendo de ella, descubriéndola, respetándola.
RAFAEL BACA
Trabajador del arte, pintor de caballete y muralista, actualmente se enfoca en la exploración y recuperación del arte popular mexicano. Es un artista autodidacta y multidisciplinario, nacido en la Ciudad de México en 1981.
A los 19 años rompe con la academia y sale en la búsqueda de su camino, así llega a la selva de Chiapas y a las montañas de Guerrero, donde durante más de 10 años aprendió de las mujeres y hombres de esas tierras; en ese tiempo, el arte se volvió su forma de vida, encontrando en la cultura y tradiciones de esos lugares recónditos, parte de la historia perdida de nuestro México...
Los pueblos Mixteco, Tlapaneco, Amusgo de Guerrero y Oaxaca y los Tojolabal, Chol, Tzeltal y Tzotzil de Chiapas, le ofrecieron un panorama distinto al de su lugar de origen, ahí entendió que las raíces milenarias de nuestra cultura están vivas en danzas, máscaras, rituales y creencias antiguas de la relación entre el ser humano y la naturaleza. Aprendió sobre la correlación de fuerzas entre el mundo tangible y el mundo espiritual, fue testigo de rituales y tradiciones ocultas a los ojos de la gran mayoría de las personas, aprendió de metáforas simples de campesinos, fue discípulo de mujeres sabias al pie de un fogón, supo de magias y de la existencia de los nahuales...
Con el paso del tiempo abrazo esa cosmovisión, haciéndola propia, dándole un lugar primordial en sus obras. En 2016 junto a su compañera, crean IK-KAN.
Para Rafael, la creación de los alebrijes, es una metáfora, un ritual, es la creación de una deidad o un arquetipo que vive en nuestra psique, es la posibilidad de traer a esta realidad signos y elementos que no deben perderse en nuestra cultura colectiva, que sobreviven como creencias, miedos, espiritualidad y raíces que piden manifestarse y tener presencia en este mundo. Crear estas piezas es honrar y respetar a esas fuerzas.
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El dice que el "sistema" nos hizo creer que nuestra identidad carecían de valor y que teníamos que asimilarnos a la cultura occidental; aspirar a lo material, al éxito económico y profesional como premisa… Esto nos alejó de nuestra raíz y generó una desconexión entre la gente, su cultura y su mística.
El, en su obra nos invita a urdir en nuestras raíces, para entender y redescubrir esos aspectos que nos identifican e inconscientemente nos condicionan como sociedad. Pugna por recuperar su aspecto mágico-ritual-espiritual que son fondo y hacen figura en nuestra sociedad actual...