Impreso en papel sulfatado con marco blanco.
MURAL PROCESIÓN
Para poder dar lectura a este mural del artista Rafael baca, hay que explicar que esta se puede realizar simultáneamente en dos planos a manera de espejo:
El fondo que representa el pasado de la civilización Maya que floreció en estas tierras, su cosmovisión y su arte y el frente que corresponde a las tradiciones populares tanto materiales, como inmateriales de nuestro México actual y en la cuales sobreviven rasgos poderosos de aquel majestuoso pasado mesoamericano.
En el fondo se puede apreciar una reproducción de un par de vasijas de la cultura Maya catalogadas dentro del grupo "tipo códice"- por sus características estéticas similares al códice Dresden y que actualmente se encuentran en la universidad de Princenton E.E.U.U. Las imágenes corresponden a dos escenas que el artista fusiono, en las que se muestra el nacimiento del "dios jaguar" flanqueado a su derecha, por el dios del inframundo Ah Puch y a su izquierda por Ixbalanque (uno de los hermanos gemelos del Popol Vuh) y complementando la imagen, la representación de deidades animales como el jaguar, el escarabajo, el perro, y la serpiente ataviados con elementos que les otorgan características chamánicas y mágicas. Para los mayas el dios jaguar era el encargado de hacer transitar al sol por el inframundo, cuando este se ponía en el crepúsculo, también representaba el reino de lo no humano, de lo salvaje, lo mágico, y de la oscuridad. Era el jaguar el que representaba ese espacio que es desconocido para el ser humano, el inframundo, el inconsciente, el lugar donde habitan los muertos, pero también ese lugar donde se dan las condiciones necesarias para que florezca la vida. En esta obra, para Rafael Baca, también representa al que sería el encargado de resguardar celosamente aquellos elementos culturales en el inconsciente del pueblo mexicano y que lograrían sobrevivir siglos de conquistas tanto militares como ideológicas.
Es bajo esta idea donde se da la conexión con el frente del mural, donde a manera de procesión, danza, ritual, proveniente del inframundo, de los rasgos culturales que fueron resguardados en lo más hondo del inconsciente colectivo, una columna de personajes, cada uno con características específicas se acercan a la orilla que representa nuestro espacio físico y temporal para encontrase con unos niños que bailan y ataviados con máscaras de conejos representan nuestro presente y hacen las veces de comité de recepción.
Mirando el mural de izquierda a derecha el primer personaje en la retaguardia de la procesión se puede identificar como Tututzi Maxa Kwaxi (Nuestro bisabuelo Cola de venado) dios principal de los Huicholes, ejecutando una danza ritual similar a la de los pueblos del norte de México. Es el dios que encabeza el árbol genealógico de los dioses y espíritus mitológicos, deidad suprema que representa al universo mismo, la esencia que se encuentra en cualquier substancia material o inmaterial. Es así que el "danzante dios" representa el inicio del movimiento, de la danza eterna entre lo visible y lo invisible, del equilibrio del universo en su infinitud. del principio y fin de todas las cosas y es cuando nosotros le observamos que al mismo tiempo formamos parte de esa danza.
El siguiente personaje representa a un “Tecuani” de la danza de los" tecuanes" rito tradicional que perdura hasta nuestros días en los estados de Guerrero, Oaxaca, Morelos y Puebla. En esta danza es representado a el jaguar como ser mágico y poderoso. Las danzas siguen siendo parte de las tradiciones anuales, pero sobre todo en las que están relacionadas con los rituales de petición de lluvia. Así queda plasmado en el mural la importancia que el jaguar tuvo y tiene para los pueblos antiguos y actuales pues se puede apreciar a manera de espejo que el jaguar en el muro que representa el pasado maya, sobrevive en la imagen del danzante "tecuan" que representa la magia, el misticismo, y el poder de esta deidad en nuestro presente.
Dentro de la balsa un tlacuache juega con el agua. Este animalito forma parte de muchos mitos y creencias de nuestros pueblos, por su increíble capacidad de engañar, su habilidad con las manos, su apariencia de anciano, y su rol de "Prometeo" mesoamericano que robo el fuego del inframundo para entregárselo a la humanidad, es un personaje mítico extraordinario. Su capacidad de entrar en el mundo de los muertos y salir a placer lo hacía imprescindible en esta procesión. Justo a un lado de él, como acompañante el maestro Pedro Linares el creador de los "alebrijes" una de las manifestaciones artísticas y populares que dan cuenta en nuestros días de como el arte, la tradición y el mito siguen yendo de la mano.
En el centro del mural justo al frente de la representación del dios jaguar encontramos la imagen de una mujer que viste un traje de "mestiza yucateca" el vestido tradicional de esta región del país y a su vez lleva en el rostro maquillaje y joyería prehispánica. Esta imagen representa la fusión atemporal del pasado prehispánico con la tradición del presente. es a través de esta segunda que la primera se manifiesta. La "mestiza" es una reminiscencia de la Maya. Es en la figura de la mujer que se encarga de resguardar los saberes y las tradiciones del pueblo que la cosmovisión perdura hasta nuestros días y así de generación en generación en aquellas místicas y secretas reuniones en la cocina durante una festividad, mientras los hombres se encargan de lo "publico" que las ancianas transmiten sus historias y sus creencias a las más jóvenes frente a los ojos atentos y curiosos de los niños. Es en este lugar impenetrable a los ojos del "ajeno" donde la sabiduría y la tradición en lengua originaria es transmitida. Es este inframundo capaz de dar vida, donde se cocinan los elementos necesarios para mantener latente y viva la cosmovisión de nuestros pueblos. Por eso la mirada de la mujer fija en el futuro y la dignidad de su presencia nos invita a mirar hacia adelante y a reconocer en su figura su importancia como mujer protectora del sol (léase sabiduría) mientras transita por el inframundo. Al frente de la balsa y encabezando la procesión podemos apreciar la imagen del dios Xolotl, aquel que en la mitología tolteca-mexica era el dios del ocaso, de los espíritus, de los gemelos y del Venus vespertino, el que ayudaba a los muertos en su viaje al Mictlán, señor de la estrella de la tarde y del inframundo. En el mural es este dios el encargado de abrir el portal del inframundo y comandar la procesión que se encuentra con nuestro presente y nuestro futuro.
Es justo esto último lo que representa la imagen de l@s niñ@s conejo que juguetones y bailarines esperan ansiosos en la orilla la llegada de la comitiva. Ellos van ataviados con las características máscaras de conejo, creación del autor, que representan la fertilidad, la creatividad, el juego y la transgresión. Es en este mural donde por primera vez aparecen estos personajes en la obra de Rafael Baca.
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