Impreso en papel sulfatado con marco blanco.
 
MAYA 02/3 
Es la segunda parte de una trilogía de murales (aun inconclusa) sobre la cosmovisión de la cultura Maya del artista Rafael Baca.
 Esta obra es una interpretación libre sobre la visión de SALUD según los pueblos mayas de la península de Yucatán, inspirada en el trabajo de investigación del Dr. Javier Hirose en su libro "Suhuy Maak, Las concepciones sobre el cuerpo y la persona entre los Mayas de Campeche". Una visión integral sobre la concepción de salud dentro de los pueblos mayas.
Respetando la filosofía y cosmovisión de los pueblos mayas, esta obra fue terminada a manera ritual el día 3 de mayo del 2019 a las 12 en punto del medio día.
En esta obra se refleja la importancia de la conexión del ser humano con el origen del tiempo y las fuerzas del universo en su totalidad, entendiendo que el humano no es ajeno a su entorno, sino un sujeto más que depende, coexiste y pertenece a un equilibrio mayor. En dicha concepción el equilibrio se da entre los aspectos masculinos y femeninos del ser, lo seco y lo húmedo, el calor y el frio, el adentro y el afuera, la oscuridad y la luz, que a cada uno de los lados de la mujer (personaje central del mural), son representados por sus antepasados, el jaguar y el venado, la diosa Ixchel y el dios Kinich Ahau respectivamente,  así como entre las fuerzas de la naturaleza, (los dioses) representados por el águila y la influencia del inframundo presente en la figura de la serpiente, el perro y el agua. La figura de la chamana, el nahual y las plantas sagradas nos recuerdan el aspecto ritual y mágico de los procesos de sanación, en donde el mundo vegetal y animal fungen como avatares de las divinidades que ejercen su influencia en dichos procesos. El circulo y el cuadrado dorados que rodean a la mujer representan al universo divino (circulo) y al mundano (cuadrado) a los que el ser humano se debe y pertenece. La Mujer, en posición de cruz, alude a la ceiba; árbol sagrado de los mayas que de esta manera se transforma en intersección de los universos y el tiempo, como imagen de humano idealizado en plena salud y equilibrio, conectada con su origen y el principio de los tiempos representado en el lagarto bicéfalo del fondo y la imagen del momento de la creación a sus espaldas. De esta manera se dice que el ser humano se encuentra en SALUD cuando todos estos aspectos tienen su lugar en la vida. Cuando se pierde el equilibrio entre ellas, el humano enferma. De tal manera que la labor del chaman, del Ix´men es entonces regresar a su equilibrio y a su centro al ser en todas sus dimensiones.
 
LOS NIÑOS CONEJO
La presencia de l@s niñ@s conejo, L@s “Kokone Tochtli” en el mural, creación y firma de Rafael Baca, son el vestigio de mitologías prehispánicas dónde la figura del conejo era asociada a los aspectos de la fertilidad, el juego, la inocencia y la transgresión. A este curioso animalito en la cultura Maya se le asociaba con la diosa Ixchel, diosa de la fertilidad y la medicina. Y a las diosas Mayahuel (diosa del maguey y el pulque), Toci (diosa anciana madre de todos los dioses) o Xochiquetzal (diosa de la sexualidad y la belleza) para las culturas Tolteca- Mexicas. Con un fuerte vínculo con la luna, el conejo en varios mitos de la creación y cuentos tradicionales era presentando junto a nuestro astro. Como hijos de la diosa Mayahuel eran los "CentzonTochtli" (los cuatrocientos conejos) pequeños dioses de la embriagues y la transgresión que poseían a quien consumía dicha bebida, de estos pequeños dioses el más importante era Ometochtli el dios de la inteligencia y la inocencia de l@s niñ@s.
Durante más de 10 años en su estancia y aprendizaje en las Montañas de Guerrero y las selva de Chiapas, Rafael Baca convivio con niños y niñas de comunidades Mixtecas y Mayas descubriendo y aprendiendo la cosmovisión y tradiciones de estos pueblos a través de la mirada juguetona, inocente y transgresora de las y los pequeños y descubrió en esos lugares el reflejo de la mitología que había estudiado durante años y poco a poco fueron cobraron forma l@s niñ@s conejo, seres que en su obra como en este mural, interactúan con el mundo de los dioses y el nuestro, rompiendo las fronteras entre lo sagrado y lo mundano creando un mundo mágico propio, donde dioses y humanidad conviven recreando las grandes historias de nuestro mundo antiguo trayéndolas a nuestro presente bajo la mirada inquieta e inocente de l@s Kokone Tochtli.